San Francisco es un lugar en donde se encuentra un poco de todo. Tanto si visitas San Francisco por primera vez o si te quedas mucho tiempo.
No te podés perder de ver el Golden Gate, es el puente más famoso del mundo y sus imponentes 2,7 kilómetros de envergadura no dejan de impresionar ni al más curtido de los viajeros. Alrededor de 120.000 automóviles cruzan el puente cada día. Una calzada peatonal permite cruzarlo a pie, y las bicicletas tienen permitido el acceso en el flanco oeste. Se dice que el Golden Gate es uno de los lugares más fotografiados del planeta, así que prepare su cámara y asegúrese de compartir sus fotos usando el hashtag #AlwaysSF.
Dar un paseo en un Cable Car
Estos antiguos tranvías de San Francisco, conocidos como Cable Cars, llevan transportando a sus ciudadanos de un lugar a otro desde finales del siglo XIX. Los tranvías tradicionales circulan sobre carriles, impulsados por un cable subterráneo, en tres rutas diferentes. El familiar tintineo de sus campanas puede oírse a varias manzanas. Puedes comprar los billetes (7 $) en la primera y última parada de cada una de las rutas. Además de ser un fantástico medio de transporte, cada uno de los trayectos permite disfrutar de espectaculares vistas de las famosas colinas de la ciudad.